Por extraño que parezca, el análisis técnico es el elemento menos importante para un trader. Puede ser difícil de entender, porque toda la información, libros, vídeos, gurús y otros que invaden la sociedad con el tema de los mercados financieros se obcecan con gráficos, indicadores y elementos a modo «bola de cristal» que prometen éxito, dinero y lamborghinis en cuestión de meses.
Pero pensemos un poco: si el 90 % (diría yo) de la información disponible es análisis técnico y está accesible para todo el mundo, ¿por qué la gran mayoría de las personas pierde dinero en los mercados? Esto ocurre porque saber leer un gráfico pasa por el análisis técnico, evidentemente; sin embargo, que salga bien y ser constante, no.
Si la clave del éxito en el trading fuese el análisis técnico, todos lo conseguiríamos y eso no ocurre así. Por eso, la clave del éxito está en otras áreas. En ningún momento quiero decir que el análisis técnico no sea importante y fundamental para poder operar en los mercados financieros, por supuesto que lo es; sin duda, es el componente que te permite encontrar oportunidades en el mercado y se debe entender con fluidez. Con esto solo quiero acentuar, una vez más, que no el análisis técnico no es la clave para el éxito.
Entonces, ¿qué es el análisis técnico? Es la manera de leer y entender el movimiento pasado del precio de un instrumento financiero determinado para prever con alta probabilidad movimientos en el futuro. Esta línea de pensamiento ampliamente utilizada por traders de todo el mundo se concentra en el análisis de gráficos, puesto que tiene como condición que el precio de un instrumento determinado ya incluye todos los factores y la información relevantes para este; es decir, si, por ejemplo, hay una noticia negativa, está ya demostrada por el valor del precio en todo momento.
Así pues, hay tres puntos importantes que me gustaría destacar:
1. Todos los análisis técnicos se basan en lo que son los tres datos reales que el mercado nos ofrece: precio, tiempo y volumen. Estos tres elementos son la base de cualquier análisis técnico, de cualquier indicador, de cualquier modelo matemático que pueda prever el movimiento futuro de un precio. Por eso, mi consejo, y lo que enseñamos en Steer, es que se entienda verdaderamente la dinámica del precio –price action. Todos nuestros alumnos tienen que saber operar utilizando solamente el precio. Si no se domina el precio, no se puede dominar bien ningún indicador.
2. El análisis técnico es, sin duda, en lo que nos tenemos que enfocar nosotros, los traders a título individual. Desde la comodidad de nuestra casa no tenemos la capacidad de hacer el análisis fundamental, reaccionar a las noticias, practicar high speed trading y otros métodos de operar, porque no tenemos recursos para hacerlo: no tenemos acceso rápido y procesado a noticias e información fundamental sobre los instrumentos financieros, no tenemos la misma velocidad de introducción de órdenes en el mercado ni muchas veces el capital necesario para operar de otra manera que no esté basada en el análisis técnico a medio o largo plazo.
3. El análisis técnico no es el 100 % de tu trading, es uno de los cuatro componentes que nos permiten a nosotros, traders a título individual, operar con éxito en los mercados financieros. Todo nuestro trading tiene que estar en armonía y tiene que encajar con todos los elementos de la pirámide del trading.
Este punto de nuestro trading es, sin duda, muy importante, porque pertenece al camino vital necesario para operar cualquier instrumento financiero, pero nunca hay que olvidar que debe ser una parte y no el elemento principal de vuestro trading. Creer que vuestro trading no funciona por motivos técnicos y por eso siempre cambiáis de tipo de análisis y de indicadores casi nunca es la solución. La clave de la perseverancia no está aquí, está en otro sitio. En cuanto al análisis técnico, centraos siempre en lo básico y en la simplicidad; cuanto más simple sea vuestro trading, más lejos conseguiréis llegar.
La semana que viene seguiremos hablando de nuestra pirámide; en esta ocasión del segundo elemento: la gestión de riesgo.